Ayer, como muchas veces antes, tuve una falla en la computadora.' ¿Fue un virus? ¿Algún malware extraño? No lo sé, pero estaba jugando con mis preciadas fotos, documentos importantes, hojas de cálculo de datos y calendario de citas. Significaría horas de trabajo para reemplazar, reescribir y un corazón afligido por esas fotos invaluables de mis hermosos recuerdos familiares. Mientras el sudor me corría por la cara y el reloj marcaba las 3 a. m., intenté, en vano, arreglar mi computadora. Finalmente, exhausto, me quedé dormido. En mis sueños, "Me desperté por la mañana y fui directamente a mi computadora para seguir tratando de arreglarla. Para mi asombro, la encendí y la computadora funcionaba perfectamente. ¡La computadora se reparó sola durante la noche! Entonces yo desperté ¡Qué sueño!
Ahora, eso puede no suceder en el mundo de las computadoras que funcionan mal, pero nuestro hardware humano, nuestro cerebro, se repara solo. ¡Es fascinante, por decir lo menos! El cerebro se forma conectando neuronas, creando diferentes vías con diferentes funciones. El cerebro humano es una computadora fantástica que realiza numerosas funciones, como almacenar datos, enviar mensajes y reaccionar ante estímulos. También tiene la capacidad de regenerarse, formando nuevos caminos por sí solo. Esta regeneración se llama "neuroplasticidad". La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para cambiar, remodelar y reorganizar con el fin de una mejor capacidad para adaptarse a nuevas situaciones y ampliar la funcionalidad. Es uno de los procesos más importantes en la Neurociencia actual. Es fundamental saber que la formación de nuevas neuronas, la neurogénesis, continúa a lo largo de nuestra vida. Por supuesto, podemos hacer cosas para promover este proceso, como correr, aprender e incluso participar en relaciones saludables con los demás. Es crucial ser intencional y proactivo para promover la formación de estas nuevas neuronas. También podemos hacer cosas para frustrar su crecimiento y conducir a la destrucción de las neuronas, como el consumo de alcohol, drogas y sufrir una lesión en la cabeza, entre otros.
Así que saca tus zapatos para correr, lee un buen libro y agudiza tus habilidades relacionales. Tu cerebro te lo agradecerá…
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